domingo, 20 de noviembre de 2016

ADVIENTO 2016

El adviento es el primer periodo del año litúrgico cristiano, que consiste en un tiempo de preparación para el nacimiento de Cristo. Su duración puede variar de 21 a 28 días, dado que se celebran los cuatro domingos más próximos a la festividad de Navidad. Los fieles lo consideran un tiempo de reflexión y de perdón.

Durante el adviento, se coloca en las iglesias y también en algunos hogares una corona de ramas de pino, llamada corona de adviento, con cuatro velas, una por cada domingo de adviento. Hay una pequeña tradición de adviento: a cada una de esas cuatro velas se le asigna una virtud que hay que mejorar en esa semana, por ejemplo: la primera, el amor; la segunda, la paz; la tercera, la tolerancia y la cuarta, la fe. 




PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO 2016
PRIMERA LECTURA DE LA MISA. El Señor reúne a todas las naciones en la paz eterna del Reino de Dios.
 Lectura del libro de Isaías 2, 1-5. Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén: Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos. Dirán: «Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: Él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén la palabra del Señor. Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, ven caminemos a la luz del Señor.
SALMO RESPONSORIAL Salmo responsorial Sal 121, 1-2. 4-5. 6-7. 8-9 (R.: Cf.1) R. Vamos alegres a la casa del Señor. ¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor.»! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. R. Allá suben las tribus, las tribus del Señor. Según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. R. Desead la paz a Jerusalén: «vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros, seguridad en tus palacios.» R. Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: «la paz contigo.» Por la casa del Señor, nuestro Dios, te deseo todo bien. R.
SEGUNDA LECTURA DE LA MISA. Nuestra salvación está cerca.
 Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 13, 11-14ª.  Hermanos: Daos cuenta del momento en que vivís; ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz. Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias. Vestíos del Señor Jesucristo. Aclamación del Evangelio Aleluya Sal 84, 8 Aleluya, aleluya. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. Aleluya.
EVANGELIO DE LA MISA. Estad en vela para estar preparados.
 Lectura del santo Evangelio según San Mateo 24, 37-44.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del Hombre: Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre. 

SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO 2016
PRIMERA LECTURA DE LA MISA. Juzgará a los pobres con justicia.
 Lectura del libro de Isaías 11, 1-10.  Aquel día: Brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de ciencia y temor del Señor. Le inspirará el temor del Señor. No juzgará por apariencias ni sentenciará de oídas; juzgará a los pobres con justicia, con rectitud a los desamparados. Herirá al violento con la vara de su boca, y al malvado con el aliento de sus labios. La justicia será cinturón de sus lomos, y la lealtad, cinturón de sus caderas. Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastorea. La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará en la hura del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No hará daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país de ciencia del Señor, como las aguas colman el mar. Aquel día, la raíz de Jesé se erguirá como enseña de los pueblos: la buscarán los gentiles, y será gloriosa su morada.
SALMO RESPONSORIAL Salmo responsorial Sal 71, 1-2. 7-8. 12-13. 17 (R.: cf. 7) R. Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente. Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud. R. Que en sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna; que domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra. R. Él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres. R. Que su nombre sea eterno y su fama dure como el sol: que él sea la bendición de todos los pueblos, y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.
SEGUNDA LECTURA DE LA MISA. Cristo salva a todos los hombres.
 Lectura de la carta de apóstol san Pablo a los Romanos 15, 4-9.  Hermanos: Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza. Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, os conceda estar de acuerdo entre vosotros, según Jesucristo, para que unánimes, a una voz, alabéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. En una palabra, acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios. Quiero decir con esto que Cristo se hizo servidor de los judíos para probar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas ;y, por otra parte, acoge a los gentiles para que alaben a Dios por su misericordia. Así, dice la Escritura: «Te alabaré en medio de los gentiles y cantaré a tu nombre.» Aclamación del Evangelio Aleluya Lc 3, 4. 6 Aleluya, aleluya. Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos. Todos verán la salvación de Dios. Aleluya.
EVANGELIO DE LA MISA. Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.
 Lectura del santo Evangelio según San Mateo 3, 1-12.

 Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando: —«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.» Este es el que anunció el Profeta Isaías diciendo: «Una voz grita en el desierto: “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.” Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados; y él los bautizaba en el Jordán. Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo: —«¡Camada de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente? Dad el fruto que pide la conversión. Y no os hagáis ilusiones, pensando: “Abrahán es nuestro padre”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego. Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias. El os bautizará con Espíritu Santo y fuego. El tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga.» 

TERCER DOMINGO DE ADVIENTO 2016
PRIMERA LECTURA DE LA MISA.  Dios viene en persona y os salvará.
 Lectura del libro de Isaías 35, 1-6a. 10.  El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrarán el páramo y la estepa, florecerá como flor de narciso, se alegrará con gozo y alegría. Tiene la gloria del Líbano la belleza del Carmelo y del Sarión. Ellos verán la gloria del Señor, la belleza de nuestro Dios. Fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes; decid a los cobardes de corazón: «Sed fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite; viene en persona, resarcirá y os salvará.» Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará, y volverán los rescatados del Señor. Vendrán a Sión con cánticos: en cabeza, alegría perpetua; siguiéndolos, gozo y alegría. Pena y aflicción se alejarán.
 SALMO RESPONSORIAL. Salmo responsorial Sal 145, 7. 8-9a. 9bc-10 (R.: cf. Is 35, 4) R. Ven, Señor, a salvarnos. (O bien: Aleluya.) El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente, hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos. R. El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos. R: Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente; tu Dios, Sión, de edad en edad. R.
SEGUNDA LECTURA DE LA MISA.  Manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca.
 Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 7-10.  Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra, mientras recibe la lluvia temprana y tardía. Tened paciencia también vosotros, manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca. No os quejéis, hermanos, unos de otros para no ser condenados. Mirad que el juez está ya a la puerta. Tomad, hermanos, como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor. Aclamación del Evangelio Aleluya Lc 4, 18 Aleluya, aleluya. El Espíritu del Señor está sobre mí; me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres. Aleluya.
EVANGELIO DE LA MISA.  ¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?
Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 2-11.  
En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, le mandó a preguntar por medio de sus discípulos: —« ¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?» Jesús les respondió: —«Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. ¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!» Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan: —«¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta? Sí, os digo, y más que profeta; él es de quien está escrito: “Yo envío mi mensajero delante de ti, para que prepare el camino ante ti.” Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.» 

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO 2016
 PRIMERA LECTURA DE LA MISA.  Mirad: la virgen está encinta.
 Lectura del libro de Isaías 7, 10-14. En aquellos días, el Señor habló a Acaz: —«Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.» Respondió Acaz: —«No la pido, no quiero tentar al Señor.» Entonces dijo Dios: —«Escucha, casa de David: ¿no os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel que significa: “Dios-con-nosotros”.»
SALMO RESPONSORIAL. Salmo responsorial Sal 23, 1-2. 3-4ab. 5-6 (R.: cf. 7c y 10b) R. Va entrar el Señor, él es el Rey de la gloria. Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes: él la fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos. R. ¿Quien puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro? El hombre de manos inocentes y puro de corazón, que no confía en los ídolos. R. Ése recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación. Éste es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.
SEGUNDA LECTURA DE LA MISA.  Jesucristo, de la estirpe de David, Hijo de Dios.
 Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 1, 1-7 Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para anunciar el Evangelio de Dios. Este Evangelio, prometido ya por sus profetas en las Escrituras santas, se refiere a su Hijo, nacido, según la carne, de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de Dios, con pleno poder por su resurrección de la muerte: Jesucristo, nuestro Señor. Por él hemos recibido este don y esta misión: hacer que todos los gentiles respondan a la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos estáis también vosotros, llamados por Cristo Jesús. A todos los de Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de los santos, os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. Aclamación del Evangelio Aleluya Mt 1, 23 Aleluya, aleluya. Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, Dios-con-nosotros. Aleluya.
EVANGELIO DE LA MISA. Jesús nacerá de María, desposada con José, hijo de David.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 1, 18-24.
 El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: —«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.» Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el profeta: Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel que significa “Dios-con-nosotros”.» Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.